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Sara Pérez y Soledad González, Conózcalas

  • Foto del escritor: JORGE HERRERA VALENZUELA
    JORGE HERRERA VALENZUELA
  • 17 oct
  • 7 Min. de lectura

A L F A   O M E G A


*La Participación de la Mujer en la Historia en 5 Siglos 

*La Esposa de Madero, Primera Dama de la Revolución

*Influyente y Discreta Secretaria de Tres Presidentes

*Mecanografió Los Libros de Madero y de Obregón


JORGE HERRERA VALENZUELA


Este Domingo 19 de Octubre hay Ceremonias Familiares, en el Monumento a la Revolución. En 1945 falleció Plutarco Elías Calles y en 1970 Lázaro Cárdenas. Generales, Revolucionarios, Presidentes de México. Sus Restos Depositados en el Monumento. 


Recién oímos que se lanzó un “¡Vivan las Heroínas Anónimas!  


El historiador y maestro Oscar González Azuela imparte un curso, los lunes, vía zoom, en el que rescata del olvido a las mujeres que figuran en la Historia de México, desde la Etapa Precolonial.


Dos motivos para conocer a quienes no buscaron la gloria, desempeñaron tareas de acuerdo con su forma de pensar, sujetas a las circunstancias y tendientes a ser apoyo personal y a la sociedad. 


En la escuela nos hablaron de La Malinche, quien sirvió e inclusive tuvo un hijo con Hernán Cortés. Sé que una princesa maya de nombre Itzel fue la pionera en el mestizaje al contraer matrimonio con el español Gonzalo Guerrero. 


Después sería Isabel, hija de Moctezuma Xocoyotzin. También tuvo una hija con Cortés, a la que bautizaron como Leonor Cortés Moctezuma. Isabel se casó en cinco ocasiones, la segunda con el emperador Cuauhtémoc.


En la lucha de Independencia no solamente participaron doña Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario. Poco se van conociendo más nombres: Mariana Rodríguez del Toro, Gertrudis Bocanegra, Manuela Medina “La Capitana” y “La Güera” Rodríguez, ésta en los finales de la causa Insurgente.


En la llamada Revolución Mexicana, el Movimiento Armado de 1910, destacaron en campos de batalla, en el manejo de explosivos, en el espionaje, asistiendo como soldaderas estuvieron:


Adela Velarde Pérez, inmortalizada en la canción, “La Adelita”; Amelia Robles Avitia que se vistió de hombre, haciéndose llamar “Coronel Amelio”; “La Generala” Carmen Vélez; Clara de la Rocha, comandante de guerrilla en la toma de Culiacán, Sinaloa.


Petra Herrera, líder y estratega en campo de batalla; Valentina Ramírez Avitia, “La Leona de Norotel”; Subteniente de Caballería Encarnación Mares, en Nuevo León; Ángela Jiménez, en la tropa villista como experta en el manejo de explosivos.


En el Siglo XX las activistas feministas, las mujeres que lucharon por la igualdad de derechos ciudadanos, integraron un grupo muy numeroso. En 1923 fueron electas las primeras diputadas locales, en Yucatán. Baja California, en 1955, eligió a la primera diputada federal. Años después a una sonorense y una campechana, senadoras y en 1979 la primera gobernadora.


Con López Mateos, la primera mujer en el gabinete presidencial, Subsecretaría de Educación y la primera ministra en la Suprema Corte. En el gobierno de López Portillo una titular, en Turismo. Actualmente, desde octubre de 2024, la Primera Presidenta de los Estados Unido Mexicanos.


SARITA PÉREZ DE MADERO


Originaria de San Juan del Río, Querétaro, en 1897 Sara Pérez Romero conoció a un joven de nombre Francisco Ignacio Madero que visitaba a sus hermanas Mercedes y Magdalena, en el Colegio Notre Dame, en Indiana. Las tres eran compañeras de estudio. 


Francisco y Sarita mantuvieron noviazgo durante seis años y se casaron, el 23 de enero de 1903, en la Capilla Arzobispal de la Ciudad de México, oficiando el Arzobispo Próspero María Alarcón y Sánchez de la Barquera. 


La boda civil se realizó cuatro días después y se sirvió un banquete en el Hotel Reforma, no encontré la ubicación; el hotel de Paseo de la Reforma y París, fue construido en 1935, luego de un litigio entre los arquitectos Mari Pani Daqui y Carlos Obregón Santacilia. 


La familia Madero completa: el potentado abuelo y fundador de la dinastía, Evaristo Madero, así como Francisco Madero Hernández y Mercedes González Treviño, padres de 16 hijos, cinco mujeres y once hombres. Brindaron por el primogénito, Francisco Ignacio, y Sarita. 


Los jóvenes esposos decidieron establecer su hogar en el histórico San Pedro de las Colonias, Coahuila. No hubo descendientes.


SARITA CON LOS HERMANOS SERDÁN


En documentos de la época hay constancias de la felicidad que mantuvieron los jóvenes esposos. Sarita llegó a confesar que estaban muy enamorados y ella no se separaba para nada de “Panchito”, quien había estudiado en planteles norteamericanos y en europeos. Hablaba inglés y francés, además de su afición por escribir y eso se reflejó en el libro “La Sucesión Presidencial de 1910”, de consulta en nuestros días.


Madero estaba en plena campaña antireelecionista y Sarita hacía lo propio, integrada en el grupo de mujeres que encabezaba la poblana Carmen Serdán.


Participaba y opinaba de los planes antireeleccionistas trazados los hermanos Aquiles y Máximo Serdán Alatriste. Preparaban el inició del Movimiento Armado, pero fueron descubiertos el 18 de noviembre de 1910; hubo enfrentamiento con la policía que sitió la casa, localizada en céntrica calle de la capital poblana. 


Oficialmente el 20 de Noviembre es reconocido como inició de la Revolución Mexicana. Guerra fratricida entre maderistas, carrancistas, zapatistas, villistas y obregonistas.


Después de un mitin, donde pronunció un discurso que enojó a Porfirio Díaz, Madero fue detenido en Monterrey. Ahí le fue permitido a Sarita estar en la celda.

De esa prisión fue el enviado a otra, en San Luis Potosí, el que sería electo Presidente de la República de noviembre de 1911 a febrero de 1913.


Cuando Madero estuvo en la prisión de San Luis Potosí, Sarita pudo acompañarlo a distancia y alquiló una casa en las cercanías de la cárcel. Apoyada por el potosino Pedro Antonio de los Santos, iban a pagar la fianza para la libertad del quien sería llamado El Apóstol de la Democracia. 


Lo que ocurrió y Sarita seguramente sabía de la fuga de Madero, quien salió de la penitenciaría potosina vestido con ropas de mecánico. Huyó a San Antonio, Texas, donde redactó completo el Plan de San Luis. Obvio estaba acompañado de su esposa.


La joven queretana asistía a todos los eventos políticos y sociales del carismático chaparrito, cuyo abuelo, don Evaristo, no aceptaba que Pancho emprendiera dura campaña contra el presidente Porfirio Díaz.


ACUDE AL EMBAJADOR YANQUI


La mañana del 9 de febrero de 1913, escoltado por cadetes del H. Colegio Militar y montado en su caballo, Madero sale del Castillo de Chapultepec. Sarita le dio un beso de despedida y no volvió a verlo con vida.


Enterada de lo que sucedía en Palacio Nacional, de la detención de su esposo y del tiroteo que se registraba en las calles, la queretana entró en crisis. Supo que su cuñado Gustado Adolfo también estaba detenido por la gente sublevada.


Determinó acudir a la embajada de Estados Unidos de América y tuvo una entrevista con Henry Lane Wilson. El diálogo fue muy agresivo de parte del diplomático. Dijo que no podía intervenir, que no haría ninguna gestión. 


Asesinado Madero junto con el vicepresidente –último en México—José María Pino Suárez, Sarita recibe el apoyo del embajador cubano Manuel Márquez Sterling y se va a La Habana. Un año después retorna a la Capital Mexicana y organiza una ceremonia luctuosa en el Panteón Francés de La Piedad. A la tumba asisten los cinco hermanos de Francisco Ignacio.


La señora Pérez Romero, no uso el “de Madero”, fundó la Cruz Blanca Neutral Para La Humanidad y el Club Caridad y Progreso, al servicio de la clase desamparada.


Después de corto tiempo, viaja hacia Estados Unidos y regresara a México en 1921. Vive en una casa de las calles de Zacatecas, en Colonia Roma, hasta su muerte el 31 de julio de 1952. 


Los restos de la hija de Macario Pérez Romero y Avelina Romero, familia de recursos económicos, fueron depositados en la tumba donde estaban los de su siempre amado esposo. 


TRABAJÓ CON 3 PRESIDENTES


No es precisamente una heroína anónima, sino una mujer excepcional al desempeñarse como secretaria taquimecanógrafa, ganándose la confianza de políticos más poderosos entre 1913 y 1936. Originaria de una ranchería de la Villa de San Pedro, en Coahuila; nació el 17 d septiembre de 1898 y fue bautizada como Soledad González Ávila o Dávila. Muy pequeña quedó huérfana y la familia de Francisco I. Madero la cuido y él la envío a Saltillo para que estudiara taquimecanografía.


Su primer trabajo, aun niña, fue mecanografiar el manuscrito del libro “La Sucesión Presidencial de 1910”, iniciado por Madero durante su estancia París, Francia. Soledad vivía con los Madero en San Pedro de las Colonias.


Se convierte, sin nombramiento, en secretaria particular del presidente Madero y trabaja en Palacio Nacional. La familia se cambia al Castillo de Chapultepec y ahí tiene una recámara la joven nacida en tierras de la Comarca Lagunera. 


Por esos días conoce a otro coahuilense, Venustiano Carranza, quien habrá de presentarla con Álvaro Obregón, calificándola de eficiente secretaria, inteligente y que sabía guardar la secrecía.


A la muerte de Madero y antes de abandonar el Castillo de Chapultepec, Carranza autoriza a Soledad recoja toda la documentación que tenía Madero, así como sus objetos personales.


Obregón le pide que sea su asistente personal y viajó con él a Sonora. Tuvo nueva experiencia en su oficio, porque su jefe había escrito un libro, “8,000 Kilómetros en Campaña”. La joven de casi veinte años de edad conocerá a Plutarco Elías Calles, al que oye que su jefe lo llama “El Turco”.


La relación laboral, de quien va a ser conocida simplemente como “Cholita”, empezará por derroteros que ni ella misma esperaba. Comenzará como secretaria particular del Secretario de Gobernación, el profesor y general Plutarco En el equipo de Carranza. 


Vida y Milagros podría ser otro libro, porque “Cholita” se convierte en una persona clave para la vida pública del sonorense. Ya tenía la experiencia cuando colabora con Calles al ser secretario de Industria, Comercio y Trabajo en el gabinete de Obregón.  


Trató la secretaria presidencial con el líder sindicalista Luis N. Morones; con el aguerrido anticatólico Tomás Garrido Canabal, personajes del callismo y destacaron no por ser honestos funcionarios. “Cholita” será intermediaria entre el gobierno y los extranjeros propietarios de minas. La agenda del presidente, siempre controlada por ella. 


Calles cae enfermo y lo atiende el doctor Abraham Ayala González, quien es recibido por la secretaria presidencial. Surge el amor a primera vista y “Cholita” se casó con el facultativo. Continuará trabajando al lado del expresidente hasta el día en que sale desterrado hacia Estados Unidos. Asiste al velatorio e inhumación de Calles, en octubre de 1945.


Retirada de las oficinas, lleva tranquila su vida privada al lado del doctor Ayala González. Murió a los 54 años de edad y en el Museo de San Pedro de las Colonias, hay un busto de Soledad González, como homenaje de sus coterráneos.


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