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México Hoy Es un “Llano en Llamas”

  • Foto del escritor: JORGE HERRERA VALENZUELA
    JORGE HERRERA VALENZUELA
  • hace 9 horas
  • 6 Min. de lectura

A L F A   O M E G A


*Los Sucesos de Uruapan, Grito Despertador

*El Pueblo No Soporta Más, Exige Haya Paz

*La Presidenta Está Sola, Atada y Sin Defensa

*Algo Sobre Juan Rulfo, Detalles de su Vida


JORGE HERRERA VALENZUELA


La licenciada en Ciencias Políticas, Grecia Itzel Quiroz García, de 35 años de edad, el pasado miércoles 5 asumió la Presidencia Municipal de Uruapan, por acuerdo de la Legislatura Michoacana. La viuda de Carlos Manzo en Palacio Nacional recibió el beneplácito de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, en presencia del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.   


La realidad no podrá ocultarse más. 


El hartazgo invade a los desamparados pueblos.


Gobierna, no solo controla, la delincuencia organizada.


Frías estadísticas de hogares enlutados, viudas y huérfanos.


Culpar a los que gobernaron, aprobado. ¿Qué han hecho, en los últimos siete años, para corregir lo malo?


Platicaba con mi amigo y colega Abraham Mohamed Zamilpa sobre el momento que estamos viviendo 130 millones de mexicanos, coincidimos en que la situación nacional es verdaderamente alarmante, de profunda preocupación y con incertidumbre para el inmediato futuro.


LA PRESIDENTA EN CALLEJÓN SIN SALIDA


La Primera Presidenta de México está en un auténtico callejón sin salida, obscuro, no hay ni una luciérnaga. 


Claudia Sheinbaum Pardo camina entre las sombras de dos enemigos, un mexicano y un norteamericano. 


Aquel no la deja actuar por sí misma, le recuerda que hay revocación de mandato; el otro, la presiona políticamente y, según él, la califica de ser excelente en el cargo que ocupa.


Estamos o no de acuerdo con Claudia Sheinbaum Pardo, es a criterio personal. Respetar y cuidar a la Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, es una obligación ciudadana.


Lo que se vive, en estos días, nos presenta a la Primera Presidenta con muchos deseos de servir, pero está maniatada. Nadie la defiende, ni la dirigente del partido que fundaron en 2014. La han dejado sola y ella tiene que responder a todos y a todo.


Desde el 1 de octubre de 2024, después de rendir protesta y asumir la responsabilidad que le confiaron más de 35 millones de mexicanas y mexicanos, Claudia Sheinbaum Pardo no es una ciudadana común y corriente.


Mantuvo la política de inseguridad creada por su antecesor al eliminar al Estados Mayor Presidencial y a las Guardias Presidenciales. Claudia dijo tener su propia “ayudantía” de 7 hombres y 6 mujeres, civiles sin capacitación para un delicado servicio: resguardar la vida de la Primera Presidenta de México. 


Claudia dijo el miércoles 5, que no reforzará o cambiará su seguridad personal, a cargo de 7 hombres y 6 mujeres, jefaturados por Juan José Ramírez Mendoza. 


LA SEGURIDAD ES PRIORITARIA


Es la primera ocasión, en 200 años, que la Historia Patria registra una situación grave en torno a un titular del Poder Ejecutivo Federal, como se vive desde hace siete años. La seguridad institucional no es un capricho, es riesgo nacional. 


Miguel Hidalgo conspiró en busca de la Independencia; Benito Juárez se rodeó de brillantes mexicanos, venció y restauró la República; Francisco I. Madero abanderó el Sufragio Efectivo y la No Reelección. 


Los tres tuvieron sus guardaespaldas, guaruras o como quiérase llamarlos. Los presidentes contaron con su propio Estado Mayor y aún así cayeron Venustiano Carranza y Álvaro Obregón. 


La seguridad es prioridad de propiedades al tratarse del titular del Ejecutivo Federal, como lo es de los líderes del Congreso de la Unión, de quien jefatura el Poder Judicial, de los gobernadores y actualmente, de los presidentes municipales.

Ha disminuido la seguridad, dentro y fuera de los hogares, de las oficinas, de los comercios, disminuyó. Los asaltos en la vía pública se multiplicaron. Robos en las oficinas bancarias. Secuestros. Extorsiones. Desapariciones de personas.


Se ha hecho común oír: “salgo de casas, pero no sé si volveré”.


En los últimos siete años la violencia alcanzó límites jamás vistos. Se aprobaron las más aberrantes reformas constitucionales. La democracia pasó a ser página histórica. 


Se culpa a los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto, de propiciar la inseguridad pública. No están en un error el tabasqueño y Claudia, pero, ¿Qué hizo aquel y qué hace ella para reducir el problema?


URUAPAN, PRENDIÓ LA LLAMA


En pleno acto público, rodeado por mujeres y niños, el presidente municipal de Uruapan, Carlos Alberto Manzo Rodríguez, fue asesinado, a tiros, por un mozalbete de 17 años. 


Carlos Manzo, “El Rey del Sombrero”, de apenas 40 años de edad, gozaba de popularidad y su violenta muerte, por móviles no conocidos, indigna a los michoacanos y es el principio de un movimiento social, a nivel nacional, porque despertó el hartazgo de la inseguridad latente desde hace siete años.


Fueron varios los llamados que hizo a la Presidencia de la República y al gobierno morenista estatal. Demandaba apoyo para su persona y para los uruapenses. 


A raíz del artero crimen, se publicó que Manzo declaró: “Tengo mucho miedo, pero tengo que acompañarlo de valentía, no nos queda de otra. No podemos dar ni un paso atrás, está en riesgo nuestra vida, está en riesgo nuestro Gobierno y de los ciudadanos”.  


Había ordenado a los policías municipales abatir a los delincuentes que se opusieran a ser detenidos y eso lo criticó la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien le pidió “respetar el Estado de Derecho”. 


Se interpretó mantener la política de “los delincuentes también son humanos y tienen derechos”. El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla respondió en el mismo tenor, de hecho, abogando por “abrazos, no balazos”.


Advirtió Manzo Rodríguez: Si no se pone orden en Uruapan, pronto a nivel nacional se escuchará un levantamiento fuerte, de voz, de justicia, y si es necesario, hasta de armas, porque la gente ya está hasta la chingada”. Predicó en el desierto.


¿Quién era Carlos Manzo?


Hijo del activista y pionero en la resistencia civil pacífica, Juan Manzo Ceja, el joven Carlos Alberto se convirtió en un líder carismático en su natal Uruapan. Su comunicación permanente con la gente de todos los sectores, le permitió ganarse el aprecio de campesinos, obreros y profesionistas.


Era licenciado en Ciencias Políticas y Gestión Pública. Estudió en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, ITESO, con sede en Guadalajara. Trabajó como reportero local y denunció los actos de violencia contra las personas. Fue auditor en oficinas del Instituto Mexicano del Seguro Social.


Se afilió al Movimiento de Regeneración Nacional y lo postularon como candidato a diputado federal, por el 9o. Distrito de Michoacán. No tuvo problema para triunfar en 2021 y estuvo en San Lázaro hasta 2024 cuando aspiró a presidente municipal de Uruapan.


Ya no figuró en las listas de Morena. Fue candidato independiente. Este punto es trascendente señalarlo, porque tanto en Palacio Nacional como en las oficinas de Ramírez Bedolla, se cerraron los oídos a las peticiones y demandas del alcalde Carlos Manzo.


En párrafos anterior comento de las implicaciones que surgieron por mantener la línea de combatir a la delincuencia, anticipando que su idea se basaba en el diálogo y la no violencia, salvo las reacciones de los delincuentes.


Cuentan que, en mayo pasado, Manzo Rodríguez desafió a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo para que hiciera una estrategia para disminuir la delincuencia en Uruapan. Ya lo había pedido al gobernador estatal. No hubo respuestas.


La tarde noche del pasado día 1, en la Plaza Morelos, al desarrollarse el Festival de las Velas, Carlos estaba rodeado de niños, su esposa y sus dos menores hijos, cuando fue herido de 8 balazos. El homicida, joven de 17 años, fue abatido inmediatamente y se detuvo a dos personas.


“ROBÉ” EL TÍTULO DE UN LIBRO


Encabecé mi comentario periodístico utilizando el título de uno de los dos libros que consagraron al escritor jalisciense Juan Rulfo, El Llano en Llamas, editado en 1953 por el Fondo de Cultura Económica.


Obvio es que esa obra literaria, es una serie de 17 cuentos que tienen en común las memorias del pasado y los estragos del Movimiento Armado de 1910, la llamada Revolución Mexicana.


“El Llano en Llamas” nos deleita por el realismo que se refleja en cada una de las narraciones, con lenguaje popular y hasta parece que escuchamos la voz de los protagonistas.


En la relación de los 17 cuentos, “El Llano en Llamas” ocupa el octavo lugar, seguramente por cuestión cronológica. Comienza con un corrido popular, cuya letra nos participa: “ya mataron a la perra, pero quedan los perritos”. Seguido de ese detalle, está el relato de las aventuras de un guerrillero.


He aquí el nombre del ilustre escritor: Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, originario de Apulco (municipio de Tuxcacuesco), Jalisco. Ahí nació el 17 de mayo de 1917. Hace cinco años, Apulco tenía una población de ¡307 habitantes!


El escritor, guionista y fotógrafo, Premio Príncipe Asturias 1983, escribió respecto de su extenso nombre:


“Me pusieron todos los nombres de mis antepasados paternos y maternos, como si fuera el vástago de un ramo de plátanos. Juan Nepomuceno, por mi papá. Carlos, por mi abuelo paterno, Carlos Vizcaíno. Rulfo por Juan Rulfo, un aventurero que llegó a México a finales del Siglo XVIII”.


El galardonado escritor murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1986, por cáncer pulmonar; era un “fumador empedernido”. Vivía en un departamento en las calles de Felipe Villanueva, Colonia Guadalupe Inn, Distrito Federal.


Casado con Clara Angelina Aparicio Reyes, procrearon a Clara Berenice, Juan Francisco, Juan Pablo y Juan Carlos Rulfo Aparicio.


Sus padres, Juan Nepomuceno Pérez Rulfo y María Vizcaíno Arias. Él fue asesinado en la guerra Cristera, por Guadalupe Nava Palacios, en junio de 1923; su madre murió en 1927. Una abuela lo crio y un tío fue su tutor, desde los 10 años de edad.


Doctor Honoris Causa por la UNAM y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, además debo recordar que su otra gran obra es “Pedro Páramo”, éxito editorial en 1955.




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