¿A QUÉ VA?
- CARLOS RAMOS PADILLA

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CARLOS RAMOS PADILLA
La presidenta (con a), confirmó su asistencia este viernes al sorteo del Mundial de fútbol 2026 que tendrá lugar en la ciudad de Washington, donde -asegura- se encontrará con sus homólogos Trump y el canadiense Mark Carney.
Sabe Sheinbaum que por las condiciones que prevalecen en el país de violencia y corrupción podría México perder la sede, por ello su insistencia en el tema durante las mañaneras.
El escándalo de Miss Universo que no ha querido atreverse a solucionar deja en mal a su administración y a la de amlo incluso en un marco internacional que sarcásticamente se pregunta cuánto pagará Morena para que la Selección Nacional pase a la siguiente ronda.
Pero ¿a qué va Sheinbaum a Washington cuando no se a atrevido siquiera ir a la APEC o que incluso fue expulsada de la Cumbre de las Américas o es calificada persona non grata en Perú?
En un evento que no es suyo sino de la FIFA llegará a una nación en donde no ha sido invitada pero peor aún, a unas horas de que el gobierno estadounidense deja abierta la posibilidad de intervenir contra los cárteles en cualquier país que exporte drogas a la Unión América y que aparentemente podría recibir serias sanciones por el descontrol migratorio y por las inconstancias en el tratado comercial como ya se constató en las irregularidades del AIFA que despertaron la agresividad de la mandataria informándole a Trump que no somos “piñata” pero que en menos de 24 horas dobló las manos como consecuencia de las imposiciones y caprichos de amlo en sus macro-obras.
Hasta el momento que redacto estas líneas Sheinbaum ha asegurado que no está confirmada una reunión con Trump y que si esta se da será “muy breve”.
¿Que espera, a que aspira, a una conversación de pasillo con el hombre más poderoso del planeta? ¿Ese es el trato que se merece?
Por otra parte se arriesga a que Trump le regale un desplante de los que esté acostumbrado o en la falsa cortesía acepte un apretón de manos, pero hasta ahí.
Ahora bien, ¿Sheinbaum se presenta a una ceremonia de un deporte de alto impacto mundial para ganar la fama que aquí no tiene? ¿Pues que no fue ella la que siguiendo el juego a amlo descalificó a la fórmula uno por ser “fifi” y después presumía fotos con el Checo Pérez?
Pero además ya anticipó que no asistirá al juego inaugural y regalará el boleto a una niña indígena.
¿Piensa que acudiendo a Washington, repito sin invitación oficial como Jefa de Estado, se borran las indagatorias de personajes del primer círculo de Morena por supuesta complicidad con los narcotraficantes?
¿Sonriéndole a Trump allá nadie se acordará de Andy, Adán Augusto, Bartlett, Rocha, los Yunes, la Barredora, Andrea Chávez, Fernández Noroña, CJNG, el asesinato de Carlos Manzo, las protestas de transportistas y el crecimiento de la resistencia civil? ¿Nadie asesora a la presidenta (con a) advirtiéndole que los riesgos son mayores a los beneficios?
Por el bien del país la relación con Trump y Carney tendría que ser vigorosa, confiable, sensata. Pero Sheinbaum no entiende que no se trata de una Cumbre y está estirando, forzando un encuentro que tendría que darse en otras circunstancias.
Los avisos a Maduro tienen chanfle y repercuten en Cuba, Colombia, Nicaragua y México. Y si Sheinbaum ha menospreciado eventos de talla mundial que nos convienen como nación, su presencia no garantiza en Washington que de aquí a junio del 26 ocurra otro “incidente” con ataques armados, exhibición de corrupción en la alta burocracia o bien, el elemental cumplimiento de una digna infraestructura urbana que merecemos y no tenemos pero que se adecuará para la celebración del fútbol. Esperemos que le vaya bien pero, ¿a qué va?
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