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“¡No sé eso!”

  • Foto del escritor: EDGAR HERNÁNDEZ
    EDGAR HERNÁNDEZ
  • 7 oct
  • 4 Min. de lectura

@LíneaCaliente“


Edgar Hernández*


El “¡No sé eso!” de Nahle, declarado con enojo a una reportera que preguntaba sobre supuestos "cobros de piso" en penales de Tuxpan, no es más que el signo de la ignorancia, acaso de la arrogancia, desdén o miedo como signo de nuestros tiempos.


Es una expresión que encierra el mundo de las dudas, del desgobierno, el no saber qué hacer con la cosa pública, en donde el arte de la política se convierte en charlatanería.


El “¡No sé!” es el transitar por el mundo de la política sin herramienta alguna, en el desgano, en el “¡Yo pensé!”, en el “¡Yo creí!”, en abrazarse al infortunio de Irma Hernández -secuestrada y ultimada por el “Grupo Sombra”-, quien “¡Murió de un infarto, nos guste o no!”.


Es el persistir en el categórico “¡No hay Huachicol en Veracruz!”, en donde las refinerías clandestinas con hasta un millón de barriles de crudo solo son “¡Aceiteras!”.


O el célebre “¡Dos Bocas ha sido el proyecto más auditado del país!” así que “¡Se vayan a espantar con el petate del muerto a otro lado!”.


Es la mentira como recurso obligado para justificar la transa multimillonaria de los 20 mil millones de dólares en la Refinería “que este lunes produjo 214 mil barriles cuando PEMEX documenta menos de la mitad y Sheinbaum, en la Luna, refiere una producción de 200 millones de barriles de petróleo ¡¡¡diarios!!!


Es el “¡No sé!” de la ignorancia, arrogancia y miedo como signo de nuestros tiempos.


Es el soporte que justifica en el boletín, esa mentira de que el “Bachetón” ha sido todo un éxito cuando los cráteres lunares cubren el territorio veracruzano.


Son las “camionetitas de la salud, programa creado para asegurar la distribución de medicamentos e insumos médicos en los centros de salud y hospitales de la entidad, especialmente en zonas remotas, que cuando la mandataria llega por error al hospital de #Zongolica se entera que no hay medicinas, ni camionetitas y que sus dichos son puro cuento.


Son el “Ni siquiera he ido a Poza Rica” tras arrebatarle a Movimiento Ciudadano, a la mala, las plazas de Poza Rica y Papantla a través de un entuerto electoral orquestado por el OPLE.


Es el “¡No sé!” de la ignorancia, arrogancia y miedo como signo de nuestros tiempos.Es un juego de palabras en donde no permite a los quejosos expresarse; despreciar el reclamo ciudadano; minimizar y distraer con supuestas atenciones sanitarias, programas sociales y de salud, becas y carreteras cuando en la realidad no hay más que una escenografía.


Es ese imaginar como estará revolviéndose desde su tumba el legendario compositor Lorenzo Barcelata cada vez que esta dama de mecha corta confunde Tlalixcoyan, la tierra que lo vio nacer, con Tlapacoyan.


O el “¡Los acabo de visitar!” como muletilla a quienes le reclaman obra pública y asistencia médica, cuando nunca se ha parado en el pueblo donde surge la exigencia.


Es el ¡No sé!” cuando se le cuestiona sobre la nueva organización criminal, el Cartel del Grupo Sombra”, que al momento de escribir esta nota tiene incendiado “El Espinal”, donde se registra un festín de sangre, lugar donde hace unas horas tres personas perdieron la vida con claras huellas de tortura y violencia… ¡una fue decapitada!


Fueron masacrados los integrantes de una familia por sujetos del llamado Grupo Sombra, quienes aprovecharon la poca iluminación en dicho núcleo poblacional, aunado por las fuertes lluvias que se están presentando en las últimas horas en esta región del Totonacapan, para realizar un horrendo crimen y posteriormente huir con rumbo desconocido.


El norte del estado, de Poza Rica a Tuxpan, que hasta hace doce meses vivía en paz y que hoy sospechosamente es el epicentro de la violencia en Veracruz.


¿En qué momento y con la autorización de quién migraron de Coatzacoalcos, tierra de Nahle, al norte?


Y no solo es la violencia en donde la criminalidad utiliza drones, como fue el caso el fin de semana en Coxquihui y en repetidas ocasiones en el penal de Tuxpan para intentar liberar a delincuentes presos.


¡Vaya! No llegaron el campo deportivo “Molcas “de la colonia Lázaro Cárdenas de Poza Rica, hombres armados para levantar a dos hombres en pleno juego. Tras la persecución policiaca solo quedó recoger los cadáveres en el camino a Tihuatlán.


¿Y las autodefensas de Oteapan?


Es el “¡No sé!” de la ignorancia, arrogancia y miedo como signo de nuestros tiempos.


Es la salida favorita de la gobernante que prefiere cargar con los lastres como Ahued y Claudia Tello que “¡Me ayudan muchísimo!” antes de empezar a gobernar con seriedad.


Es el escudarse con un “¡Me acaba de hablar la presidenta!”, el “¡Iré verla para que nos ayude más!” para justificar su gobierno calificado como el peorcito entre los 32 que conforman la república.


A escasas ocho semanas de cumplir su primer año de gobierno su “¡No sé eso!” refleja la ignorancia, la arrogancia y miedo como signo de su gobierno.


Es el hacerse de la vista gorda ante el informe de ORFIS que revela los 2 mil 372 millones de pesos no comprobados por el atarantado. Son los millonarios daños patrimoniales a los estadios “Pirata Fuente” y “Acuarium” de Veracruz y el “Nido del Halcón”, en Xalapa con desvíos superiores a los mil 600 millones de pesos.


Es el velo que oculta negocios al amparo del régimen con las concesiones a transportistas.


¡Y aunque usted no lo crea!”, como dice el legendario “Místico”, el gobierno de Rocío Nahle no realizó ni una obra en los primeros seis meses de este 2025.


Y lo dicen los datos oficiales del mismo gobierno del estado.


“Mediante una solicitud de acceso a la información dirigida a la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP) se le pidió la relación de obras públicas realizadas durante los primeros siete meses del gobierno de Norma Rocío Nahle García y la respuesta se reflejó en sólo dos obras iniciadas durante el actual gobierno”, suscribe el documentado periodista Marco Aguirre.


Esa es la brutal realidad que vive Veracruz.


Es el “¡No sé!” de la ignorancia, de la arrogancia y miedo como signo de nuestros tiempos.


Tiempo al tiempo.


*Premio Nacional de Periodismo

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