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Nahle, el salario del miedo

  • Foto del escritor: EDGAR HERNÁNDEZ
    EDGAR HERNÁNDEZ
  • hace 17 minutos
  • 3 Min. de lectura

@LíneaCaliente

 

Edgar Hernández*

 

¿De verdad Rocío Nahle no alcanzó un “penny” de los 20 mil millones de dólares que gastó para levantar el elefante blanco de “Dos Bocas”?


Como dice la canción ¿a dónde fueron a parar las transferencias millonarias en dólares depositadas en paraísos fiscales superiores a los mil millones, según denuncia pública del organismo de investigación norteamericano, el FBI?


Y  ¡Ya en serio! ¿A cuánto ascienden sus transacciones millonarias traducidas en mansiones y propiedades en el extranjero a nombre de Maribel Hoyos Peña y hermanos, sobrinos de José Luis Peña, esposo de Nahle?


¿Qué pasó con las 17 denuncias que presentó Pepe Yunes ante la Fiscalía del estado por “enriquecimiento ilícito” aduciendo que “juntar el recurso necesario para pagar los cinco [inmuebles], de 60 millones de pesos, que le adjudican le hubiera llevado 39 años ahorrando todo su sueldo neto”?


¿Cuánto recibió de moche por preferenciar obra pública para sus amigos y compadres siendo secretaria de Energía en el gobierno anterior en donde no se licito el 98% de la obra pública?


Más simple ¿Cuánto le dejó el negocio de la recolección de basura en Veracruz que le cedió el atarantado?


O ya de plano sincérese y platíquenos sobre el tema de su yerno Aldo Pérez Díaz y empresas vinculadas que ganaron mil 134 millones de pesos por la venta de medicinas a sobreprecio.


Convendría al menos informara a la autoridad ministerial sobre su papel como correo financiero de Morena cuando estuvo AMLO en 2006 en donde gobiernos estatales afines movieron por debajo de la mesa cientos de millones de pesos.


Son historias no contadas que emergen al imaginario colectivo ahora que decide ya como gobernadora de Veracruz, aumentarse el salario unas decenas de miles de pesos mensuales, como dice Arturo Reyes “lo que un trabajador logra en 35 años de servicio”.


Son muchas las rapacerías como para dejarlas pasar de largo, máxime que se dan en un escenario de estridencia, de desplantes, de malos humores, de actitudes despóticas, de regaños y humillaciones desde el conserje al Secretario de Gobierno, que si bien son los mismo no se vale.


Ella es la fuereña no nosotros.


Es ella la que vine a Veracruz por imposición y mínimo debería venir a congratularse y no a reírse de la miseria en que Morena nos ha hundido y que solo nos mantiene con limosnas, una dádiva mensual indigna para que no la hagamos de tos.


No ha transcurrido un año de mandato y el hartazgo recorre pueblos y ciudades.


Es la ciudadanía misma la que tiene una mala opinión de cómo gobierna. Son los “carroñeros” -como llama a sus críticos, que no son más que los generadores de la opinión pública- los que la encueran, un día sí y el otro también. Es su propio partido, Morena, el que fustiga por la vía del senador Manuel Huerta, quien le cedió el espacio para que llegara a la primera magistratura estatal.


Es la dirigencia nacional con sus admirables exponentes Adán Augusto y Sergio Gutiérrez quienes no la soportan y combaten, al igual que Ricardo Monreal.


Vaya, son hasta su enemigo imaginario como José Manuel del Río Virgen a quien todos los días alucina -y con razón- de que le vaya a sacar los trapitos al sol por sus cuantiosos desvíos en Dos Bocas y el temor de que, vía Revocación del Mandato, la pongan en la picota para que rinda ante la autoridad su enriquecimiento inexplicable.


Es también su enemigo favorito Héctor Yunes Landa, a quien pareciera no pela, pero bien que está al pendiente de toda la escalada de cuestionamientos que le endilga con pruebas y papeles en mano.


No quiere voltear a ver al diputado local Yunes porque le va a crecer, como sucedió con del Río Virgen, serio prospecto a sucederla ante una eventual Revocación de Mandato o en 2030 en el marco de la sucesión gubernamental.


No quiere entender que de hecho ambos ya están enfilados y que en 2027, a la luz de los resultados de las elecciones intermedias, su posicionamiento marcará la ruta del 2030.


Ese es el escenario que la opinión pública observa en torno a la tan malhumorada zacatecana que en mala hora llegó a Veracruz.


Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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