DESABASTO
- CARLOS RAMOS PADILLA

- 21 ago
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CARLOS RAMOS PADILLA
Este artículo no va a tratar sobre el desabasto de medicinas.
Recordaremos las acciones político/administrativas de amlo para cerrar, a principio de su mandato, las válvulas de suministro de combustible en gran parte del país. La justificación era acabar con el huachicoleo.
Según datos oficiales, el robo de combustibles provocaba al Estado pérdidas por 60 mil millones de pesos al año aproximadamente.
La estrategia fue cerrar las válvulas de al menos cuatro de los 13 oleoductos de Petróleos Mexicanos. Se interrumpió, entonces, el suministro a decenas de ciudades en los estados de México, Michoacán, Guanajuato, Aguascalientes, Jalisco, Querétaro, Tamaulipas y CDMX.
El combustible se envíó con cientos de camiones cisterna (que nunca se aclaró sobre su adquisición, compra, número y destino) pero la distribución fue insuficiente para atender la demanda.
De igual manera se dio a conocer la estrategia de permitir la operación de firmas nacionales y extranjeras de gasolinerías para, dijeron, alimentar la competencia de precios a la baja, asunto que tampoco ocurrió.
La gasolina por litro nunca se vendió a 10 pesos por litro como se había comprometido amlo ni tampoco se acabó con el huachicoleo.
Aún con el triunfalismo arrollador del gobierno Pemex continuó con enorme pérdidas y serios quebrantos.
Al paso de los seis años del sexenio la situación se fue agravando y hoy día se vuelve a registrar desabasto, sin embargo entre mayo y junio, la petrolera mexicana despachó hidrocarburos por más de 850 millones de dólares a Cuba pese, repito, al desabasto interno.
En pocas palabras, México, su gobierno, reduce la crisis cubana pero incrementa la nuestra.
De acuerdo con cifras oficiales, la deuda de la empresa productiva del Estado asciende a 90 mil millones de dólares y el pago a proveedores ya es un síntoma de reclamo cotidiano.
A esto la presidenta (con a) solamente atina a declarar que esto se debe a una “herencia neoliberal”. Pero la realidad señala que la empresa más endeudada del país es Pemex.
Esta deuda, combinada con problemas operativos y una caída en la producción, ha generado una fuerte presión financiera con rebote negativo en la iniciativa privada y en la confianza ciudadana.
Pemex desde la administración “de la abundancia” en el sexenio desde López Portillo tendría que haber colocado a México como un país punta de lanza en la materia y un brutal enriquecimiento en todos los Estados.
Sin embargo la amplia penetración del crimen organizado en los últimos siete años, la negligencia del gobierno, la cínica corrupción, la pésima administración y la repartición gratuita de combustibles a otras nacionales han sido los motivos esenciales para sumirnos en una estafa, en un monumental fraude, que oculta el gobierno y protege a los responsables.
10 pesos el precio de litro de gasolina porque “acabaré con la corrupción” puras pamplinas.
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