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CUESTIÓN DE TIEMPO

  • Foto del escritor: CARLOS RAMOS PADILLA
    CARLOS RAMOS PADILLA
  • 7 oct
  • 3 Min. de lectura

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CARLOS RAMOS PADILLA


En el caso de Venezuela, Trump ya demostró que va a su tiempo y le sobra poder. Sigue con su estrategia, domina el escenario y marca el ritmo a su antojo. Desesperado Maduro se esconde en su búnker, cierra el espacio aéreo venezolano y hasta le escribe al Papa frente al reto del “caballero” Donald que ha calificado a Nicolás como uno de los personajes con mayor fuerza en el narcotráfico.


La fuerza militar estadounidense ya terminó, eso dijeron, con las embarcaciones en aguas internacionales cargadas de droga. En cualquier momento la incursión será por tierra y la determinación es aniquilar a los cárteles locales. Operan sus servicios de inteligencia, sus mandos militares obedecen, responden con puntualidad a sus proyectos y acorralan cada minuto más y más al heredero merolico de Hugo Chavez que entre otros desafío en el ONU a Bush y en su soberbia se burlaba en Vicente Fox como presidente de México.


Trump ha invertido millones y millones de dólares en su intención por eliminar a los “terroristas” cárteles. México está en la mira y las pulsaciones en la Casa Blanca se aceleran frente a los innecesarios desafíos del gobierno mexicano que se niega a reconocer y entregar a los cómplices del crimen organizado que entre otras cosas han financiado al grupo en el poder desde las candidaturas de amlo a la presidencia, hasta estos días que detonan informaciones antes negadas de grupos criminales. Ahí está La Barredora. Los vehículos terrestres, aéreos y navales enviados por Trump para la vigilancia de las operaciones del narco mexicano no son sólo un maquillaje para negociar con Palacio Nacional. Eso es menor para Trump.


Ni amlo ni Sheinbaum le presentan el más mínimo peligro y menos una consideración respetuosa cuando sostenga públicamente todos los datos que necesita para actuar.


Varios personajes señalados con insistencia en su participación ilícita desde las salas de la burocracia tendrían que estar bajo investigación y muchos detenidos. No ha ocurrido así. Pregunto: si el poderío militar de Estados Unidos ya opera en Venezuela, que se debe esperar se practique con los carteles más poderosos del mundo que son los mexicanos, por cierto, los que reciben precursores ni más ni menos de China y quienes suministran de fentanilo a varios Estados de la Unión Americana.


Trump sabe y bien, que en nada le conviene tener en su frontera a los matones. El magnate quiere controlar al mercado de las drogas y evitar al máximo que en su país se empiecen a registrar “culiacanazos”.


Trump no va a permitir que sujetos con cuerpos de chivos, explosivos y drogas, le dicten la política y seguridad nacional a implementar en su país. Ya dobló a Ebrard y lo hará con quien se le ponga enfrente y contra sus disposiciones. Nunca ha actuado con arrebatos, tiene la información y archivos de sus enemigos, no adversarios. No negocia con ellos, los aniquila y así lo ha expresado en diferentes foros. Primero humilla y luego caza.


Ya tiene allá a varios cabecillas del crimen mexicanos. Le faltan los cómplices operadores que les hicieron crecer a razón de mover y sostener piezas políticas en México y esos están en el gobierno.


Trump dará el paso decisivo cuando nadie tenga la oportunidad de llamarle fracasado.


Ningún organismo internacional se opone a destruir a los cárteles de la droga.


Trump ha modificado cuadros dentro de sus administración para contar con el absoluto apoyo se decide intervenir en México. Por ello algunos capos se entregaron a razón de solicitar protección a sus familias porque saben que Trump si quiere va a arrasar y lo haría con la aprobación mayoritaria de los ciudadanos de aquí y de allá.

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