top of page

A UN AÑO

  • Foto del escritor: CARLOS RAMOS PADILLA
    CARLOS RAMOS PADILLA
  • 11 ago
  • 3 Min. de lectura

SE COMENTA SOLO CON


CARLOS RAMOS PADILLA


Nos encontramos prácticamente a un año de la celebración del mundial de fútbol. Un evento extraño desde su organización. Tres países serán sedes y México tendrá la tercera oportunidad en su historia de ser el anfitrión en la ceremonia de inauguración aunque Canadá pretende ganar esa posibilidad argumentando la inseguridad y violencia que se registra en nuestro país.


Faltan largos meses para definir eso, sobre todo por las acciones que el gobierno de Trump, más no las de Sheinbaum, puedan determinar la aprehensión de varios políticos, empresarios y militares por su relación con el crimen organizado y la muy probable intervención militar (a base de tecnología y drones) contra los “terroristas” ya así calificados por la Casa Blanca.


Sin embargo hay consideraciones importantes que ponen en riesgo la armonía de la competencia. La infraestructura urbana no es la adecuada. La CDMX no ha sido capaz de modernizarse a razón de su anárquico crecimiento.


Las vías de tránsito están permanentemente saturadas y bajo la administración de una policía corrupta. El comercio ambulante se ha multiplicado y la “venta” de espacios para estacionarse en la vía pública corresponde a otro más de los ejercicios ilegales que permiten las autoridades.


Santa Ursula se ha convertido en un verdadero laberinto de calles invadidas por comercio ilegal y autos. En esta temporada de lluvias hemos constatado que el drenaje es insuficiente y la metrópoli se colapsa. La saturación es evidente.


Parece broma pero junto al Estadio Azteca, pasando Tlalpan opera un enorme tiradero de basura, contaminante y producto de constantes congestionamientos viales. Los estacionamientos del propio estadio son insuficientes además de que las vías de acceso no son las adecuadas. Los costos para ingresar a los partidos son estratosfericos y nuevamente se atenta contra los contratos de usuarios para el uso de palcos y plateas.


A decir verdad el Estadio Azteca, aún con sus remodelaciones, dista mucho de presentarse como un inmueble que pueda competir con los nuevos y modernos estadios en Estados Unidos y en Europa. Cierto que en su momento el Estadio Azteca fue vanguardia principalmente por recibir la visita de 110 mil aficionados cómodamente sentados.


Ahí se han organizado magnos espectáculos, conciertos y eventos como el Teletón, vamos hasta cierres de campañas políticas. Pero ya no da más. Basta ingresar a los diez estadios más modernos del mundo para entender de qué estamos hablando. El Santiago Bernabéu, el recién inaugurado en Las Vegas, el emblemático de los Dallas Cowboys…en fin, construcciones que permiten techos movibles, aire acondicionado o validación, butacas individuales y cómodas, restaurantes de comida rápida, baños amplios y limpios, pantallas gigantes, suites de lujo, bares, sonido de nueva generación, terrenos de juego adaptables a cualquier deporte, accesos fáciles, vías de tránsito amplias.


Pregunto, ¿esas consideraciones las ofrecemos? Por otro lado la cada día peor operación del Aeropuerto Internacional de la CDMX a cargo de la Secretaria de  Marina que no es capaz siquiera de agilizar la entrega de maletas. Una terminal aérea también asfixiada por malas vías de comunicación que se ven bloqueadas constantemente por manifestantes inconformes con las disposiciones gubernamentales. La alternativa un hangar, porque no es otra cosa, que el AiFA, lejísimos de la zona hotelera y con una infraestructura muy, pero muy lejana a loas grandes terminales aéreas de países que sí presentan obras espectaculares, altamente tecnificaras, comunicadas constantemente por vías de circulación amplias, redes de trenes y una atención pronta y digna para los viajeros.


Estamos a un año y la popularidad del gobierno en descenso, los conflictos diplomáticos con algunas naciones vigentes, ausencia de Estado de Derecho, amplio margen de actuación de los carteles del narcotráfico y crimen organizado y la evidente estampa de autoridades  omisas, negligentes y corruptos.

Comentarios


bottom of page