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Rocío Nahle: el poder sin legitimidad

  • Foto del escritor: laruedadelpodermx
    laruedadelpodermx
  • 5 ago
  • 2 Min. de lectura

En la Opinión de Cayetana Mars


Rocío Nahle ya es gobernadora de Veracruz. Pero no llegó por mérito, ni por confianza ciudadana. Llegó por imposición, por aparato, por dinero público desviado y por la protección de un presidente que convirtió la lealtad en licencia para delinquir.


Su “legado” como secretaria de Energía es una mancha: Dos Bocas, la refinería que no refina, que costó tres veces más de lo presupuestado, y que sigue sin producir un solo litro de gasolina útil. Un monumento a la opacidad, al despilfarro, a la soberbia técnica disfrazada de patriotismo energético.


Ahora, Veracruz está en sus manos. Un estado devastado por la violencia, la corrupción y la pobreza, y que, para colmo, queda atrapado en el puño de una funcionaria que jamás ha sido electa con limpieza, que jamás ha rendido cuentas, y que convirtió un desastre financiero en trampolín político.


No ganó con propuestas. Ganó con programas sociales usados como chantaje, con operadores territoriales pagados con recursos públicos, con el miedo metido en cada comunidad, y con una narrativa hueca de “transformación” que ya se pudrió desde dentro.


Veracruz no necesitaba una gobernadora obediente. Necesitaba una líder.


Y en lugar de eso, recibe a una figura que representa lo peor de esta administración: autoritarismo técnico, cero transparencia y una lealtad servil al poder central.


Nahle no gobierna para los veracruzanos. Gobierna para el régimen que la colocó.Y eso la convierte no solo en una gobernadora sin legitimidad moral, sino en una amenaza directa a la soberanía del estado.


No hay duda.Lo que construyó en Dos Bocas fue un cascarón vacío.


Y lo que hoy comienza a construir en Veracruz huele igual:a simulación, a imposición, a podredumbre desde el poder.


El tiempo la va a alcanzar. Y cuando lo haga, no habrá refinería, fuero ni palacio que la salve de lo que ya es: el rostro del fracaso con banda gubernamental al pecho.

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