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El Pueblo somos todos

  • Foto del escritor: VÍCTOR HUGO BARRERA
    VÍCTOR HUGO BARRERA
  • 18 nov
  • 2 Min. de lectura

Víctor Barrera


Es lamentable que Claudia Sheinbaum siga con una postura de división social y no busque el diálogo para terminar con esta, porque hace más daño a México y a los mexicanos.


La narrativa que nos lleva a pensar que Claudia Sheinbaum lleva al país a un escenario riesgoso porque solo habrá dos opciones, o estas con ella o en contra de ella. Sin pensar que es necesario ya estar en la búsqueda de una intercomunicación a favor de resolver las causas que derivan en los grandes problemas que mantiene el país.


Porque insistir que el gobierno y el pueblo son invencibles, solo descalifica la diversidad de opinión y evita la comunicación. Porque aun cuando la palabra pueblo es la más recurrente no se especifica quien o quienes son el pueblo.


Sheinbaum Pardo es presidenta de todos y no solo de quienes, por conveniencia, simpatizan con ella. Desde el sexenio anterior en la 4T se ha minimizado a quienes tienen visiones distintas del rumbo que debe tomar el país, al grado que estos últimos son calificados de adversarios y hasta traidores a la patria, algo grave para un país que necesita unidad social.


Hasta el momento no ha existido alguna reflexión al respecto, y esto solo muestra que esta 4T busca imponerse y mantenerse en el poder por varios años y posiblemente décadas. Desde el análisis que manifestaba que eran bots los que convocaban a la marcha y después se descalifica esta porque no solo asistieron jóvenes, sino diversos grupos sociales, adultos mayores, hasta niños y adolescentes.


Se buscó echar la culpa a la derecha, nacional e internacional, pero jamás se buscó el acercamiento para escuchar a toda esa gente y en el momento de la marcha al acercarse a Palacio Nacional la orden fue que los cuerpos policíacos reprimieran de cualquier forma, a los manifestantes, provocando un enfrentamiento que creo imágenes que han dado vuelta al mundo y pone al gobierno federal y al capitalino como opresores.


Se justifica señalando que “no caeremos en provocaciones” pero es el gobierno quien propicia esas provocaciones. El clamor de la gente no se calla con golpes, se calla con soluciones.


Debe ser el gobierno mismo que debe verse como parte del problema para empezar a buscar soluciones, porque aislarse y mostrarse como víctima de operaciones en su contra de complots, es solo querer cerrar los ojos e insistir que el gobierno simplemente tiene la razón y cualquier otra cosa no significa nada.


Se está convocando a otra marcha, y será necesario que el gobierno federal piense bien como desactivarla, y esta es mediante el diálogo. Porque de no hacerlo es probable que se sumen muchas más personas a la marcha y el contingente sea mayor, y los resultados mayormente negativos si el gobierno mantiene su postura de oprimir la marcha y a la gente.


Claudia Sheinbaum tiene un pasado en marchas y nuca fue reprimida, aunque diga lo contrario. Ahora ella está del otro lado y debe demostrar que su gobierno si escuchará, si dialogará y dejará de invisibilizar a los mexicanos y sus problemas.

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