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EL ECO de LILY TÉLLEZ

  • Foto del escritor: laruedadelpodermx
    laruedadelpodermx
  • 9 ago
  • 2 Min. de lectura

Cayetana Mars


Cuando la voz se apaga y solo queda el ruido.


El estruendo y la cuenta pendiente.


La política no se mide por decibeles, sino por coherencia.


Lilly Téllez domina la cámara y entiende el ritmo de las redes; viene del set, donde el encuadre manda. Pero México no necesita protagónicos: necesita resultados. Y ahí empieza el vacío que el ruido pretende cubrir.


Pasó de la boleta de Morena a la bancada del PAN sin escalas de rendición de cuentas. La conversión exprés puede pintarse de “valentía”, pero huele a oportunismo cuando no se acompaña de un inventario claro de razones, votos, iniciativas y costos. La consistencia ideológica no es un disfraz de temporada.


En tribuna, la senadora fabrica espectáculo: sirenas, gritos, escaramuzas. Todo muy fotogénico; nada que cambie la vida de un mexicano. Un escaño no es cabina de TV: la república exige leyes, no libretos.


Hay, además, preguntas que no admiten regateo. Su antiguo empleo en TV Azteca alimenta la percepción de lealtades cruzadas; toca disolverlas con transparencia, no con indignación performativa. Y están los señalamientos de parentesco en torno al caso ABC: si son falsos, que se pruebe; si hay vínculos, que se explique y se deslinde. La ética pública no se negocia a gritos.


Su discurso presume mano dura y superioridad moral; su expediente legislativo no presume lo mismo. ¿Dónde están las reformas que lleven su firma y hayan pasado del tuit al Diario Oficial? ¿Cuáles son sus metas medibles en seguridad, salud, economía? Nación que se respeta pide cifras, no selfies.


La oposición seria construye, no copia estridencias. Convertir el Senado en set de “realities” solo favorece a quien ansía que la política fracase. Reyes Heroles lo diría sin rodeos: la forma es fondo; y aquí, la forma delata el fondo.


Que quede claro: no se exige silencio; se exige congruencia. Si Téllez quiere liderar, que empiece por lo elemental:


Transparencia Total: vínculos, intereses, patrimonio y parentescos aclarados sin ambigüedades.


Agenda Verificable: iniciativas con plazos, números y costo fiscal.


Diciplina, República, menos “show”, más trabajo de comité y negociación dura.


El país distingue entre la voz y el eco. La voz deja leyes y rinde cuentas; el eco solo multiplica el ruido. Si la senadora aspira a trascender, que cambie de instrumento: del megáfono a la firma.

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