De Todo Un Poco Para Distraernos
- JORGE HERRERA VALENZUELA

- hace 18 horas
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A L F A O M E G A
*El Inventor del Semáforo, Hace 102 Años
*La Palabra Difunto No Significa Muerto
*Hay Sándwich de Chicharrón Crujiente
JORGE HERRERA VALENZUELA
La Presidenta Municipal de Uruapan Puso en Jaque Mate a Palacio Nacional, al Advertir que en Michoacán el 2027 Habrá Voto de Castigo. Los Desprestigiados Morenistas y el Actual Gobernador, son Autores de la Determinación de Grecia Quiroz y el Disgusto de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Vuela el mes de Noviembre.
Estamos a un mes del inicio de las Posadas. Faltan 39 días para la Cena de Nochebuena y al día siguiente, ¡Navidad!
Comienzan los preparativos para los brindis, abrazos, besos, apapachos y perdones. La compra de los regalos “para el intercambio”. Los que reciben aguinaldo, programando pagos y arreglos caseros.
En esta ocasión los comentarios periodísticos están enfocados para distraernos y meditar, pensando dónde, cómo, con quiénes, vamos a estar la noche del miércoles 24 de diciembre.
EL SEMÁFORO Y SU INVENTOR
Precisamente a un automovilista que estrenaba uno de los primeros coches fabricados por Henry Ford, se le ocurrió evitar accidentes de tránsito en las zonas urbanas, en la convergencia de dos calles, en las esquinas.
El afroamericano Garrett Augustus Morgan, hijo de exesclavos, estaba en Cleveland, Ohio, fue el primero en patentar el aparato para señalizar la circulación de los vehículos automotores y brindar protección a los peatones.
Ese aparato fue “bautizado” con el nombre de semáforo. La palabra es de raíces griegas: sema, señal y foros, portador. Instrumento que “lleva señales”.
Años atrás en Londres, el ingeniero ferroviario John Peake Knight, adoptó las señales rojo y verde empleadas en los ferrocarriles y con un par de maderos, los agentes indicaban, a los conductores, detener o avanzar en los cruceros; por las noches las señales las hacían con lámparas.
Eso fue en 1868 y se suspendió cuando un policía fue muerto accidentalmente, por un automovilista.
En Salt Lake City, capital de Utah, EUA, el policía Lester Wire inventó un semáforo eléctrico con dos focos de colores verde y rojo. Funcionó poco tiempo. No logró patentarlo, porque era empleado del gobierno.
Garrett A. Morgan, en 1912 patentó la máscara antigás que emplearon, inicialmente, los bomberos y los mineros. Los protegía de vapores y gases venenosos. También evitaban inhalar humo tóxico, dañando los pulmones de las personas. El modelo original ha sido modificado en sus formas y manufacturado con materiales diversos.
Este inventor e influyente político en su localidad, originario de un poblado de Kentucky y nacido en 1877, después de muchas demostraciones prácticas, logró en 1923 obtener la patente de su invento: el semáforo con las luces verde, amarilla y roja. Adelante, Preventiva y Alto, son las indicaciones que conocemos.
Ese mismo año, Garrett decidió vender su inventó a General Electric, en 40,000 dólares.
El semáforo original era un elevado mástil de madera, los “vigías” hacían señales con los travesaños que tenían colocadas unas bolas o banderas, operando manualmente. Por las noches las bolas eran lámparas con los tres colores. Al paso de los años se hicieron las modificaciones, adecuando el semáforo con la modernización técnica.
EN LA CIUDAD DE MÉXICO
Nuestra hermosa y tranquila Capital Mexicana, el Distrito Federal añorado, ha sufrido cambios radicales en todos los órdenes y uno de ellos es el relacionado con el tránsito de vehículos automotores y el peatonal.
No es el momento de comentar, periodísticamente, que, a los gobiernos capitalinos de ayer y de hoy, les importa un rábano el complejo problema de la circulación de automóviles, autobuses, trolebuses, “combis” y “micros”. Lo de los motociclistas, mejor ni “abrir boca”, hoy; los ciclistas tendrán sus vialidades.
Bueno, conozcamos la historia que refiere que en 1930 en la entonces esquina de San Juan de Letrán, que era de dos sentidos, con Avenida Juárez, al Poniente y al Oriente, Avenida Madero, hubo un semáforo que era manejado manualmente, con el movimiento de los brazos. En los primeros meses los agentes mostraban letreros, en los se leía: “adelante” y “alto”.
Dos años después instalaron uno eléctrico en Palma y 5 de Mayo. El cambio de señalización era automático. Minuto para cada color: verde, amarillo y rojo.
En 1930 la novedad citadina estuvo a cargo del presidente Pascual Ortiz Rubio. Inauguró el primer pasado a desnivel, en la esquina norte de San de Letrán y 16 de Septiembre. Aún en funciones.
Por años, en los cincuenta y sesenta, vi a los Agentes de Tránsito parados sobre un banquito de madera y para cubrirse de los rayos solares le ponían una sombrilla metálica. Había un Escuadrón de Motociclistas y servicio de patrulleros. Existía la Dirección General de Tránsito, dependiente del jefe del Departamento del D.F..
Poco a poco desaparecieron “los tamarindos”, llamados así los agentes por el color de su uniforme, combinación del color café.
Cada 22 de Diciembre se celebraba el Día del Agente de Tránsito. Les llovían regalos desde galletas y dulces, vinos y licores, hasta refrigeradores y estufas.
Muchos recibían en efectivo. Había un festival en la Plaza México, donde el número más aplaudido era el del Escuadrón Acrobático del D.F. de fama internacional.
Me informé que en la Ciudad de México están funcionando 12,800 semáforos. Ya no hay motociclistas y los patrulleros dedican su tiempo a la extorsión por diferentes “violaciones” al Reglamento de Tránsito que no opera para los zigzagueantes motociclistas y los ciclistas que circulan por banquetas, andadores y en sentido contrario; no tienen luces, ni claxon.
¡DIFUNTO, NO ES MUERTO!
Ahora a distraerse un momento.
Vamos a reír, llorando, como decía el famoso actor británico Garrick, inmortalizado por el poeta Juan de Dios Peza en el poema “Reír Llorando”.
Sucede que en mis pasos reporteriles me encontré el curioso dato de que empleamos mal la palabra difunto. Es de raíz latina, defunctus, que se traduce así:
“Aquel que ha cumplido su función”.
Cuando decimos “nuestros difuntos”, estamos nombrando a los que terminaron su obra en la tierra, los que completaron el ciclo que les fue dado a vivir.
“No se han ido: han concluido su tarea visible y descansan en el misterio…Su ausencia no es vacío, sino una presencia transformada, que nos mira desde el otro lado del tiempo”, eso leí y comparto.
Dicen que no se celebra la pérdida, sino la continuidad, la certeza de que todo lo que ha sido amado sigue teniendo voz en el alma. Por eso se encienden velas, se colocan flores y se ofrece pan, alimentos, agua, vinos, o sea la tradicional ofrenda de Día de Muertos.
Tal vez quien subió ese mensaje a las redes sociales, no contempló que hay cierta contradicción, pues refiere a ausencia física de la persona, un vacío y la terminación de la obra terrenal. En fin, es para distraernos.
SÁNDWICH DE CHICARRÓN CRUJIENTE
Estoy seguro que John Montague o Montagu, aristócrata inglés, inventor del delicioso sándwich, jamás pudo pensar en que los peruanos impusieron la moda, en los desayunos, de comer un “sándwich de chicharrón”.
El Conde de Sándwich, heredero del título nobiliario de su abuelo, a los 10 años de edad, era un aficionado al ajedrez y se pasaba las horas en sus partidas, de tal adicción, que se olvidaba tomar sus alimentos, la comida principalmente.
En una ocasión le ordenó a su mayordomo que le diera unas rodajas de rostfbi (roast beff) entre dos rebanas de pan.
No se manchaba los dedos y satisfacía su deseo de comer, sin tener que suspender la partida.
Se volvió una costumbre y así surgió un alimento al que, mundialmente, conocemos como sándwich e inclusive lo hay de diferentes ingredientes: carnes diversas, quesos, agregados con jitomate, cebolla, picante, untando mostaza y mayonesa a las rebanadas de pan.
Este inventor inglés quedó huérfano de padre a los 4 años de edad. Su madre contrajo nuevas nupcias. John se dedicó a viajar por muchas partes del mundo. Al volver a Inglaterra, ocupó su sitial en la Cámara de Lores. Tenía 21 años.
Tuvo amoríos. Con su primera esposa tuvo un hijo. Después se matrimonió con la cantante de ópera Martha Ray; tuvieron nueve hijos y cuando ella falleció, el ajedrecista cayó en depresión.
John nació el 13 de noviembre de 1718 y en sus 74 años de vida ocupó cargos políticos y fue el Primer Lord del Almirantazgo.
El sándwich lo consumimos en cualquier parte del mundo americano, europeo, asiático, africano y cuando visite Perú pruebe el de chicharrón de cerdo.
CÓMALO EN LIMA, PERÚ
Los peruanos y los turistas, cuando llegan a Lima, pueden deleitarse comiendo ese tipo de sándwich en “La Lucha Sanguichera Criolla” y en “El Chinito”. La carne la cuecen a fuego lento, la doran hasta dejarla crujiente y la sirven con pan blanco esponjado.
La guarnición se elige: camote asado, yuca frita, aguacate, salsa de rocoto, salsa criolla.
La primera es muy picante, salvo si le quitan las venas y las semillas; es típica peruana. El rocoto es un ají que se combina con cebolla, ajo, queso fresco, aceite vegetal, vinagre blanco, azúcar y sal, todo se mezcla en la licuadora.
Si gusta la salsa criolla, podrá saborear un picante permitido para quienes no padecen gastritis o colitis.
La Real Academia Española incluyó en su diccionario la palabra sándwich, interpretándola como “pan con carne” o “pan con queso”. Esto data de 1927.
Ah, hay Día Mundial del Sándwich. Es el 3 de Noviembre, aunque John nació el 13 de ese mes.
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