¿Qué es ser mujer en México? Hoy, algo aterrador
- FERNANDA TRINIDAD
- 19 may. 2024
- 5 Min. de lectura
Fernanda Trinidad
Según cifras oficiales, al día mueren 10 mujeres en manos de algún hombre, esto desde el 2019. Y en este 2021, el mes de marzo ha sido el que más feminicidios ha registrado: 267 mujeres muertas. Y esto no acaba, de enero a marzo, 745 mujeres asesinadas, 53 mujeres violadas diariamente, 20,939 niñas y mujeres desaparecidas, que aún no han sido encontradas.
Hoy en el mes de mayo, siguen las cifras de mujeres y niñas muertas, violadas, desaparecidas. Lo que quiere decir que esa cifra en lugar de reducirse seguirá aumentando. ¿Hasta cuándo?
Y el enojo, la frustración, la impotencia, la tristeza no acaban. Además de no estar seguras en este país, también tenemos otras luchas a las cuales enfrentarnos todos los días. En casa, en el trabajo, en la escuela, en el día a día. Porque si nos ponemos a analizar cada una desde nuestro lugar, probablemente todas hemos sufrido algún tipo de violencia en alguno de esos sectores. Es decir, nuestra lucha no para, es continua, es diaria. Para algunas más, para otras menos. Pero igual, el mismo sentimiento, el mismo miedo, el mismo enojo, y en muchos casos, el mismo desenlace.
¿Por qué no apoyarnos unas a las otras? Porque sí, además del machismo presente en nuestra sociedad, muchas veces, entre nosotras, también nos metemos el pie, también nos lastimamos, nos violentamos. ¿Por qué en lugar de criticar a una mujer no le hacemos ver lo hermosa y valiosa que es? ¿Por qué en lugar de querer evitar su éxito le ayudamos a que escale y alcance sus metas? ¿Por qué hacer a alguien menos para sentirnos más? ¿Por qué señalar sus errores en lugar de sus aciertos? ¿Por qué no admirar en lugar de envidiar?
Escribo este texto con rabia y enojo por lo que pasa todos los días, porque me ha pasado a mi, le ha pasado a mi hermana, a mi mamá, a mis abuelas, a mis amigas, a muchas más mujeres, conocidas o no. Y yo no puedo ser ajena, no porque no esté cerca de mí hoy la violencia, el abuso, quiere decir que no me debe importar. Me importa y mucho. Ya basta. Si no buscamos el crecimiento juntas no vamos a llegar a ningún lado.
Ya son muchas las mujeres que se han vuelto valientes para alzar la voz, para salir a las calles a gritar, a marchar, a exigir, a reclamar. A ellas, mi admiración y respeto. Pero aún falta, y mucho. Porque no basta con que ellas griten por nosotras, hay que gritar juntas, hay que pelear juntas, hay que hacerlo todas.
Victoria Salazar, Carmen, Wendy Yocelin, Ivonne Gallegos, Monse, Marisela Escobedo, Nicole, Jacqueline, Karla M., Ana Lilia González, Liliana Cristina, Ingrid Escamilla, Abril Pérez, Fátima, Jessica, Alexis, Danna Sugey, Miriam Reyes, Alexis, Bianca, Michelle, Alondra, Jessica González, Judith y Sara, Xitlali, Nayeli, Elmy, Nohemí, Lucero Rubí, Alexandra, Arlet, Evelyn, Nancy, Graciela y Gatziella Cifuentes, Gaby, Yesica Celene, Jimena, Valeria, Berenice, Miranda, Karen, Fernanda, Julissa, Wendy, Milagros, Cristina, Paloma, Mariana, Samara, Sandra Ibeth, Ana, Adriana Beatriz, Mara, Eva, Vanessa Rosales, América, Deysi, Erika, Elis, María Helena, Ángela, Anaid, Angie Michelle, Ana Isabel, Minerva, Magdalena, Carolina, Juana, Abril, Astrid, Daniela, Vanessa, Natalia, Lorena, Leidy, Guadalupe, Jazmin, Tamara, Regina, Stephani, Brenda… Solamente son algunos de los nombres de todas las mujeres que han sido asesinadas en México, sin importar la edad, el estatus social; sin importar nada, fueron silenciadas.
¿Y qué hace el gobierno para evitar las desapariciones, los feminicidios, las violaciones? Nada. Simplemente nada. ¿Qué se puede esperar de un gobierno opresor, machista, omiso e ignorante? NADA.
La lucha por sobrevivir nos la dejan a nosotras. Y lo más fuerte de todo es que en este país, en donde nunca sucede nada, no se resuelve nada, la violencia se normaliza cada vez más.
¿Qué motivo tuve para escribir esto? Que diario me despierto y en redes sociales veo un nuevo hashtag #justiciapara… o #hastaencontrarte... #niunamas…TODOS LOS DÍAS. Vuelvo a preguntar ¿Hasta cuando? ¿Hasta que dejemos de existir? ¿Hasta qué punto seguiremos siendo objeto de violencia? ¿Hasta qué punto tendremos que salir a la calle con miedo de no volver a casa o que alguna amiga o familiar no vuelva? ¡¿Hasta cuándo?!
Quisiera vivir en un país en el que pueda gozar de tranquilidad; que pueda disfrutar de caminar o correr al aire libre, salir en auto sin tener que traer las ventanas arriba todo el tiempo, en el que pueda estar segura de que mi hermana está bien si se va en Uber; en el que mi prima no corra peligro por ser violentada por su expareja, en el que mis sobrinas puedan crecer sin riesgo a nada. Vivir en un país que MEREZCO, QUE MERECEMOS TODAS LAS MUJERES.
Y sé que suena IMPOSIBLE, lo que es aún más FRUSTRANTE. Pero sé, y estoy segura, que sin importar nada ni nadie, ni cuánto nos intenten callar, ni cuánto nos quieran hacer menos, si seguimos educándonos y educando a nuestras niñas y jóvenes sobre una línea de feminismo sana, segura, en la que sepan ellas cuáles son sus derechos; que aceptar y que no; que pedir y qué exigir.
En un futuro, esperemos no muy lejano, habremos alcanzado mayores resultados ante la lucha por tirar el patriarcado que sólo ha dañado sociedades enteras con sus ideas retrógradas y amenazadoras.
Y si cambiamos nuestra actitud y relación hacia todas las mujeres, también habremos hecho un cambio. No juzgarnos, no hacernos menos, no criticarnos, no exigirnos tanto unas a las otras. No luchar entre nosotras por ver quién es más exitosa o ver quien es más chingona. Es ayudarnos, apoyarnos, alentarnos, enseñarnos unas a las otras, en base a nuestras vivencias, a ser mejores personas.
Eduquemos también a nuestros hijos varones. Acerquémonos a nuestros esposos/novios a esa lucha, para que aprendan, para que entiendan. Invitemos también a nuestros padres, a nuestros abuelos. No puede ser que en algunos lugares del mundo ya exista una lucha por las mujeres en donde todas y todos participan y aquí en México estemos tan lejanos de esos cambios.
No pretendo criticar el feminismo que cada una lleva a cabo. Sólo pretendo expresar mis pensamientos, opiniones y sentimientos ante esta realidad brutal a la que estamos expuestas todas diariamente. Algunas gozamos de privilegios, pero no por eso, no estamos expuestas.
Debemos abrir los ojos, dejar entrar las historias de las mujeres desaparecidas, violadas y asesinadas; ser menos ajenas y más empáticas. Solo así vamos a poder cambiar a un país que está hecho mierda por la corrupción, el autoritarismo, la violencia, la inseguridad, la ignorancia, la indiferencia.
Desafortunadamente está en nosotras. Porque está claro que nadie hará nada por las mujeres en este país, solo nosotras. Y digo desafortunadamente por los obstáculos a los que nos enfrentamos y nos enfrentaremos, no por nuestra capacidad para cambiar al mundo. Pero también, afortunadamente, cada vez somos más las que estamos hartas y cansadas de seguir aceptando la desaparición y la muerte de más mujeres diariamente. Hartas de recibir tratos diferentes en el trabajo, diferentes salarios. Hartas de seguir normas sociales establecidas hace millones de años. Normas que queremos cambiar, que necesitamos cambiar.
Cada vez son más las mujeres que están dedicando su tiempo a estudiar para que desde lo profesional puedan acabar con el sistema patriarcal. Cada vez son más las mujeres adquiriendo posiciones que les permitirán hacer cambios reales en el sistema político y judicial. Cada vez es más fuerte nuestra voz, nuestras ideas, nuestras exigencias y sí… QUE TIEMBLE. Porque aunque los resultados de la lucha parezcan lejanos, le guste a quien le guste, México es un país de mujeres, de nosotras y de las que vendrán.
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