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¿Los 43 senadores de oposición se mantendrán firmes en su promesa de ir contra la reforma al Poder Judicial?

  • Foto del escritor: laruedadelpodermx
    laruedadelpodermx
  • 10 sept 2024
  • 3 Min. de lectura

Víctor Barrera 


Sin duda que Morena, sus aliados políticos y el gobierno federal están dando muestras de cómo será el futuro cercano de aprobarse la reforma al Poder Judicial, no solo para los mexicanos, sino para quienes tiene sus capitales invertidos en México o pensaban colocarlos aquí, aprovechando la oportunidad que ofrecía el nearshoring, o relocalización.

 

La prisa con la cual Morena y aliados políticos pretenden aprobar la reforma al Poder Judicial no tiene una explicación lógica más allá de ser el obsequio de despedida de su sexenio para el tabasqueño. 


Y es que durante el debate para aprobar en comisiones unidas esta iniciativa de reforma constitucional, los argumentos esgrimidos por Morena y aliados solo se circunscribió a que es mandato del pueblo.  


Sin tomar en cuenta que la gran mayoría de ese pueblo desconoce no solo la iniciativa, sino el dictamen que habrán de aprobar este miércoles los 85 senadores que están con el gobierno federal.


Tampoco conocen cuales son las funciones de un juez, magistrado o ministro y solamente se dejan llevar por las declaraciones del aun inquilino de Palacio Nacional, al calificarlos de corruptos. 


También esos legisladores de Morena y aliados presumen de su mayoría y argumentan que podrían ellos solos aprobar el dictamen, disminuyendo aritméticamente a 85 los votos que se necesitan para hacerlo. 


Y si no fuera así, el gobierno federal hace uso de su brazo operativo, aun cuando este debe ser autónomo, de las Fiscalías, General y estatales para sacar expedientes de senadores de la oposición para presionarlos que voten a favor a cambio, quizás, de desaparecer esos expedientes, utilizando con ello la ley para ser el instrumento de tortura para la oposición. 


Si esto lo hacen sin tener aprobada la reforma al Poder Judicial, cuál será la forma de utilizar la ley cuando esté dominada por militantes y simpatizantes de Morena. 


Es por ello, que solo nos queda esperar que, de los 43 senadores de oposición, ninguno doble las manos, ante las presiones ya declaradas por legisladores del PAN, y se pase del lado de Morena para aprobar una reforma que puede hacer mas daño a la población que encontrar beneficios. 


De mantenerse firmes estos 43 senadores de oposición, el golpe hacia el líder del movimiento Morena será tan fuerte que se iría a su hacienda de Palenque con la peor derrota. 


En lo referente a las modificaciones de ley, administrativas, sobre los organismos autónomos, es probable que sí pasen tal cual, lo que también se manifestaría como un punto de alerta para poder atraer más inversión extranjera. 


Lo increíble es que la presidenta electa,  no se reúna con sus legisladores para analizar el futuro cercano de su administración que enfrentará retos como son el pago de la deuda mexicana, esto reduciendo el déficit fiscal del 6 por ciento que dejará el tabasqueño, tendrá que reducir el presupuesto de los sectores productivos para hacer frente al pago de los programas sociales que deja el de Macuspana, más lo que ella prometió y por supuesto seguirá existiendo una división social que en nada favorece a los mexicanos. 


Todo esto se convierte en incertidumbre para los inversionistas quienes pensarán dos vences colocar sus capitales en un país con posibles controversias comerciales, derivados de sus socios del T-MEC pondría en riesgo a los capitales.


La respuesta está entonces en manos de la presidenta electa, quien podría parar esa aprobación de reforma constitucional, para sentarse con los inversionistas y sector empresarial del país, para juntos construir una política a favor de mayor desarrollo, productividad, más empleos y mejores salarios.

 

La duda es si Claudia Sheinbaum podrá revertir esta incertidumbre o iniciará su gestión con el pie izquierdo. 

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