INTELIGENCIA

SE COMENTA SOLO CON

CARLOS RAMOS PADILLA

He insistido en que la educación, no el adoctrinamiento, es esencial para lograr óptimos niveles de desarrollo y un justo equilibrio en la dignidad humana para no caer en la frase común “igualdad de oportunidades”.

El crecimiento se da gracias a una buena alimentación, factores establecidos de políticas públicas en salud y por supuesto planes y programas de estudio de excelencia (tema que he tratado al escuchar los pronunciamientos de Alfonso Cepeda, líder del SNTE). Veamos y sorpréndase, Uruguay es el país de América Latina con el mayor coeficiente intelectual promedio, alcanzando los 96 puntos. Así, queda incluso por arriba de Argentina e incluso Chile. México en el balance global no queda en mala escala pero no es suficiente, analicemos: Uruguay 96, Argentina: 93, Chile: 90, Costa Rica: 89, Ecuador: 88, México: 88, Bolivia: 87, Brasil: 87, Cuba: 85, Perú: 85, Colombia: 84, Paraguay: 84,Venezuela: 84 y con Honduras: 81.

La numerarlia comprueba una evidente diferencia en la inteligencia por espacios y territorios.

Creciendo el panorama se concluye que las naciones con los mayores coeficiente intelectual son:

Singapur108, Corea del Sur 106 y Japón con 105. La conclusión es que estos tres ejemplos sobresalen porque sus gobiernos ejercen fuertes inversiones en educación, investigación y tecnología. La ciencia y las matemáticas son fundamentales.

Además vinculan el esparcimiento, la creatividad, el análisis, la síntesis, la información crítica y un exigente aprendizaje continuo sobre los temas y eventos más relevantes en el futuro inmediato.

El nivel de reacción mental de las nuevas generaciones en países que apuestan por la educación es inmediata bajo esquemas de razonamiento que llevan a la perfección. Esto sin duda mantiene un nivel creciente en su economía y una participación ejemplar en decisiones cívicas, como por ejemplo, y esto es vital, la selección y elección de sus gobernantes.